miércoles, 9 de enero de 2008

Recuerdos perdidos (1° Parte)

En los oídos se escuchan ritmos antiguos, de un tiempo en se abría algo así como todo un horizonte frente a él. De un tiempo simple, con aroma a tierra humeda y días de sol. De un tiempo en el que si bien las cosas distaban bastante de ser perfectas, al menos todo parecía posible. Estaba más relajado y bastante más cerca de ser feliz que nunca antes en su vida, y nunca después. Las calles se deshacían bajo sus pies sin apuro, las conversaciones se hacían eternas y sobraba tiempo para apreciar atardeceres irrepetibles. Daba la sensación que eran eternos, aquellos hermosos tiempos, justo antes de la huida final. La última, la peor de todas, la que esta vez lo alejó de lo poco verdadero que construyó, de lo poco real e inmaculado, de lo poco realmente suyo.


Nunca se entendió muy bien. ¿Por qué dejó de hacer ciertas cosas en el momento en que los astros se alineaban a su pasó?, por qué se negó a cosechar lo que por años había pacientemente sembrado y comenzó a escapar cada vez más lejos y por más tiempo. Hubo un momento en que conoció el cariño más desinteresado y la pasión más intensa, la amistad completa y la lealtad más profunda. Hubo un tiempo, en que se podía dar la espalda con la confianza aboluta en que siempre iban a estar ahí, y estaban. Hubo una era verdaderamente honesta, pero una fuerza telúrica comenzó a llevarlos por caminos diversos, que nunca comprendió muy bien porque siguió. Siempre preso de sus opciones, sin poder logar lo que andaba buscando, así sus pasos comenzaron a alargarse y la sombra que proyectaba se perdió, hasta desvanecerse.


(continuará)

2 comentarios:

yop*-* dijo...
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F dijo...

Es difícil hacer conciencia de lo que se pierde, de lo que se olvida y de lo que en alguno de los finales (aparentes) nos duele... en manos de esos innumerables caminos que vamos forjando... y muchas veces haciendo frente. Esa conciencia se agradece. Al mismo tiempo, pude ser mas simple que ese sin retorno, se convierta en lamento en manos de la dificultad del presente, lo que sin lugar a duda puede traer el arrepentimiento. Y otra vez duele. Pero mas lamentable aún es olvidar todo lo que aquellos cambios significaron en una vida, los vacios forzosos que pueden convocar y las certezas que no se quieren recordar.