miércoles, 23 de enero de 2008

Perdido en la inmensidad - 4

IV

Es raro. Estoy sólo a miles de kilómetros, y apenas a semanas de ti, y dentro mío se afianza una extraña sensación, como si jamás hubieses existido. Aquí conmigo. Nunca había sentido con tanta claridad que el carril de tu vida se extiende por senderos muy distintos a los míos.


Sobre mi cabeza un cielo despejado, escaso de estrellas, adornado en un costado por la marca sutil de una luna naciente. La momentánea soledad del principio de nuestra última noche en el extremo norte del país, internados unos metros valle adentro. Lejanos se oyen perros descontentos, murmullos apenas perceptibles de árboles de mangos, paltas, una higuera y dos palmeras, alternando con unos cuantos pájaros que se aprestan a dormir.


No sabría como explicarlo, pero ya no soy el mismo que me fui, ya no siento el pasar de los días de la forma que acostumbraba. Y tu ahí, en un rincón de mi recuerdo, igual a como te dejé. Viviendo la contundencia de la rutina, con el horizonte cercenado por la materialidad de los compromisos y el día a día. Mientras yo, cada vez más lejos, sólo pienso en seguir corriendo y perdiéndome en la inmensidad ajena de este mundo, como siempre y a vidas enteras de ti.


Es triste pensar que en apenas un mes la certeza de la ausencia de futuro se ha instalado en mi, presa de la búsqueda de un presente perpetuo. Trato de buscarte, pero la tierra sabia me dejo claro que mi vida y la tuya se separaron antes incluso de conocernos. Sólo la porfía podría torcer el sentido de lo inevitable.



(continuará) 2003

2 comentarios:

F dijo...

... Y mirando temeroso en torno suyo penetro en el portal, y siguio un largo corredor...

Citizen Almeida dijo...

oye, a tu encuesta le falta la alternativa "ni pico idea"...