martes, 8 de enero de 2008

Eclécticos, snobs y visionarios

Con cierto cansancio a cuestas, caminaba tranquilamente de vuelta de la universidad hacia el centro. Andando un tanto a ciegas, se topó de pronto con una intersección importante, por un lado los muros de la ciudad antigua tras las cuales está el cementerio donde yacen los restos de Gramsci, en el costado contrario se alza un edificio de grandes columnas. En medio de los muros del cementerio, casi como una maqueta, había una Pirámide. No era Keops, pero era una piramide, de verdad, y de una edad respetable (2019 años). No se trata de una de cristal hecha recién, porque no saben en que gastar la plata. No. Era una sólida, densa, de casi 40 metros de alto, hecha en marmol, tallada con inscripciones en Latín; y la gente pasando al rededor como si fuera lo más normal del mundo tener una piramide emplazada justo al medio de una calle.


Sin salir aún del asombro, miró al frente y estaban al restos de una construcción eclesiastica pero que a la vez constituía una puerta, cerrada con un par de tumbas y unos frescos que dan hacia la calle, pero estos “restos” estaban al medio de una plaza. Como si fuera un residuo, un saldo, algo que se les olvido ahí. O en el mejor de los casos la única cosa que pillaron para suplir la falta de una fuente, o una estatua. A un costado de eso, cruzando la calle, una placa en recuerdo a los partizanos que combatieron a los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Todo eso en una simple intersección de calles. Un poco de egipcios antiguos, romanos, católicos y partizanos. Y para colmo, a 30 metros estacionado un Maseratti Spyder azul, brillante, cromado, con unas llantas de lujo y un perfil bajísimo, absolutamente increíble y nuevo. Ahí comprendió, si en el siglo 1 A. de C. construian piramides tipo "egipcias" porque Egipto estaba de moda (no es broma), no es de extrañar que gasten su dinero en autos deportivos de lujo (114.000 euros) en el siglo XXI, habran pasado dos mil años, pero los majaretas son los mismos.


Pero bueno, finalmente comprendió tres grandes cosas. Que ser ecléctico da estilo; que es posible vivir en un museo; y también que da la sensación que alguien está fabricando antiguedades y las está emplezando en la ciudad. Porque es mucho. Si con el coliseo y un par de iglesias se daba por pagado. Pero esta ciudad es excesiva. En este camino eterno desde San Paolo, pasó por el Circo Massimo (el mismo lugar donde Ben Hur corrió la carrera de carros, y que inspiró la carrera que ganó Anakin Skywalker en el Epidsodio 1 de Star Wars), y siguió tranquilamente su camino, cual peregrino siguiendo las estaciones de la historia, hasta detenerse frente al arco de Constantino. Ahí fue donde su sufrió una revelación, y lo comprendió todo. ¿Por qué son tan buenos los arqueros y defensas italianos?, porque tienen que evitar que les hagan goles en unos arcos enormes, y bueno, porque llevan fabricando arcos desde hace como 2.500 años, y saben como evitar que el resto se acerquen a ellos, obvio.


Luego, al ver a unos cuantos guatones vestidos de Legionarios, Guardias Pretorianos y Gladiadores, fumando, sacándose fotos con turistas, saludándose teatralmente, y representando la farsa del circo romano, entendió dos nuevas cosas. 1° ¿Por qué cayó el Imperio Romano?, simple, guatones así no lo iban a sostener mucho tiempo más, si en el fondo solo querían "webiar", y guerreros de verdad se colaban por todas partes, como hoy los turistas gringos y japoneses. 2° Entendí por qué los romanos son en apariencia desordenados, gritones y flojos, porque ellos saben que todo el mundo viene para verlos, para sentir su ritmo, para escucharlos gritar, para ver como manejan, para ver donde se estacionan, para comerse sus comidas, para verlos gesticular. Les importa un bledo, porque saben, que ellos son el espectáculo.


Pero no se detuvo ahí, faltaba aún la mayor revelación todas. El coliseo, claramente se adelantó a su época. Mírese por donde se lo mire, es un estadio de fútbol, y bueno como no había futbol aún, los romanos, que estaban majaretas, se dedicaron a reproducir batallas, meter barquitos (eso aun me cuesta concebirlo), hacer pelear algunos giles, matar cristianos, alimentar animales salvajes con carne humana, etc. Esperando miles de años hasta que por fin se decidieran los ingleses a inventar el fútbol Pero claro, en ese entonces los británicos eran un montón de salvajes, que se pintaban la cara, se vestían con trapos y cueros y jugaban a enterrar piedras enormes.


Algo trataron de hacer al respecto los fiorentinos, al inventar el calcio en el siglo XV, pero lo que le sobraba en barbarie, le faltaba en calidad y talento. Para cuando finalmente se inventó el futbol, los muy pelotudos habían hecho mierda el Coliseo. De hecho las ruinas romanas las usaron como canteras para la construcción de nuevos edificios, palacios e iglesias, durante muchos siglos. Les sacaban los distintos tipos de marmol, y otras piedras y las iban haciendo mierda, lentamente.


En síntesis, como dice el dicho, en todas partes se cuecen habas. Para valorar el patrimonio primero deben pasar muchos siglos en que lo destruyen, y luego cuidar las ruinas de ese patrimonio. Finalmente, es imposible no imaginar a Colo Colo siendo vitoreado por las masas, al salir al campo de juego. Claro que primero, tienen que arreglar la cancha. Quizas no lo sabían pero los romanos construyeron el Coliseo con la esperanza que algún día existiera un club como Colo Colo, que honrara el recinto con su presencia. Pues, no son sino, la hidalgia y el coraje, los valores que han de defenderse en la arena, y los mismo que inspiran al club.


Noviembre, 8 - 2007

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