sábado, 22 de noviembre de 2008

Del vació al olvido - 2

Ella es bellísima, aquello es incuestionable, si hubiese aparecido 4 años atras, antes del fin del tiempo, habría sido perfecto, pero muchas veces las mejores cosas de la vida no surgen cuando son realmente necesarias, o aparecen justo cuando no se les puede sacar el máximo provecho. Casi como jugar el pártido más brillante de tu vida en el momento en que ya no puedes aspirar al campeonato, y te conformas con estar en la mediana de la tabla.

Tras su sonrisa amable, y su cordial control de las situaciones, no es fácil aventurar el tipo de pensamientos que cruzan por su cerebro. A decir verdad, no se sabe realmente si le interesa averiguarlo, y mientras no se le ocurra volver a adoptar la acción de la inmovilidad, tal vez no sea necesario hacerlo. Mejor subirse a una pequeña rama y dejar que la corriente lo arrastre, preocupándose sólo de no volver a la orilla y de no estrellarse contra las rocas en los rápidos.

En este minuto lo que requiere su alma es paz, calma, movimientos predecibles, limpiar su mente del óxido adherido por años. Dejar de buscar tanto sentido a las cosas que pasan y aceptar que lo hagan. Quizás lo único en que esté fallando es el no haber aprendido aun a hablar, a decir las cosas adecuadas, aquellas que se esperan oir, para volver debidamente al rebaño del que huyo en el tiempo en que todo parecía posible y el mundo se habría demasiado hermosos y enorme como para dejarlo escapar.

Descansando en la noción de que todo pasa por algo, aunque no sepamos qué es, es más sano entregarse a la inercia, sin miedo a lo que vendrá, pero carente de expectación. La inocencia finalmente lo abandonó, sin lanzarlo a la desconfianza, simplemente lo dejó en manos de la indiferencia. Tal como cantaba cierto compositor que se resistió (sin lograrlo) al reconocimiento: "how much difference ... does it make".

Los días continuarán. A cada periodo de sol le sobrevendrán noches nubladas como esta, y a cada aguacero el renacer de una mañana despejada, sin importar demasiado si seguimos aquí, o no, para contemplarla.


2004

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