miércoles, 11 de junio de 2008

Fragmentos inconexos - 3

III

Diciembre, medianoche


El clásico cigarrillo consumiéndose lento entre sus labios aburridos. La mirada tan extraviada como la de muchos otros. Una sutil expresión de cansancio. Afuera una noche inhóspita de luna llena reflejándose en la fría humedad de calles desiertas.


La sensación de vivir el tedio de una vida superficial y sin sentido envenenando los momentos de ocio y descanso, hasta lograr aburrirlo por completo. En el rostro una expresión lánguida, pero sin dejar de sentir una presión interna, como si algo en su subconsciente tuviese la certidumbre de que perdió el rumbo.


Los años apresurándose en desvanecer los sueños, dejando el amargo sabor del fracaso en la conciencia, y unas enormes ganas de llorar. Olvidar, dormir y despertar, con quince años menos, para comenzar de nuevo. Para empezar a hacer bien las cosas.


Música “anglo-deprimente1” inunda la habitación, la oscuridad le nubla el sentido. Intenta articular una idea coherente, mas las palabras han perdido su relación con las cosas de este mundo. Quisiera poder expresar el tropel de sentimientos que de tanto reprimir, esperando el momento adecuado, se solidificaron en su interior negándose a salir. Por ahí el temor a que solo emanen desgarrándolos. Por ahora se confunden con las paredes de cada arteria, se entrelazan con cada tejido.


El humo azulado escapando sutilmente de la habitación. “Paranoid android” llegando a su fin. La noche en silencio. Afuera, perros lejanos llamando a la luna. Se queda tendido, inmóvil, con la vista fija en ningún lado.

2001

1 Radiohead o Coldplay, por ejemplo.

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