En mi infinita ignorancia tuve que llegar a esta ciudad, luego de 31 años de vida, para descubrir que la palabra gueto era de origen italiano (ghetto). Siempre me pareció que debía ser algo inventado por los nazis, o al menos de origen alemán; pero no, la bendita palabra es italiana. Si bien no se sabe muy bien el origen etimológico del término, se acepta que hacer un barrio solo para judíos y llamarlo de tal modo es un invento veneciano.
El guetto de Roma fue creado por orden papal poco años después, y valga la coincidencia, sugió en el momento en que los reyes católicos deportaban, perseguían y obligaban a renegar de su religión a los hijos de Abraham (ya que sin ello la inquisición no podía mandarlos a la hoguera). Ante tal nivel de intolerancia ibérica, cientos de miles de judíos escaparon de la persecusión castellano-aragonesa refugiándose en Italia y en el Imperio Otomano (donde fueron llamados sefardíes, en hebreo, españoles). Paradojalmente, en aquellos años era papa Alejandro VI, un tal Rodrigo Borgia (de origen valenciano), quien recibió a muchos de estos refugiados, ante la ira de los reyes españoles.
50 años después de la muerte del papa Borgia, un sucesor suyo (Pablo IV) decidió quitarles los derechos que les había concedido el libertino de Borgia y mando a establecer un barrio donde se les congregara, en una zona entre el río Tiber y el Teatro Marcello, obligando a los judíos a portar un distintivo en la ropa. Así nace, en 1555, el ghetto de Roma . Si bien, luego las resticciones aplicadas a los judíos se fueron relajando, no fue sino hasta la invasión napoleónica en 1798 (con proclamación de la República incluida) que se les reconoció igualdad ante la Ley.
Pero como el pequeño emperador fue tan solo una tempestad de verano. Los judíos fueron nuevamente reluidos en el ghetto en 1814, luego de la restauración papal. Finalmente en 1849 (durante la efímera 2 República Romana) la segregación fue finalmente abolida, aunque tuvo que esperar algunos años antes que se hiciese efectiva. El ghetto se transformaría en un barrio más de la ciudad , y los judíos vivieron en libertad, recién en 1870 cuando el Reino de Italia, derrotó definitivamente al Estado Pontificio, conquistando la ciudad.
Pero claro, la cosa no podía ser tan simple. En 1943 la ciudad fue ocupada por los nazis (tenían que aparecer). El día sábado 16 de octubre cientos de soldados alemanes rodearon el barrio y detuvieron a poco más de mil judíos, los cuales, embarcados en la Estación Tiburtina, fueron enviados en trenes de carga rumbo a Auschwitz. De ellos solo volverían 17 con vida.
El guetto de Roma fue creado por orden papal poco años después, y valga la coincidencia, sugió en el momento en que los reyes católicos deportaban, perseguían y obligaban a renegar de su religión a los hijos de Abraham (ya que sin ello la inquisición no podía mandarlos a la hoguera). Ante tal nivel de intolerancia ibérica, cientos de miles de judíos escaparon de la persecusión castellano-aragonesa refugiándose en Italia y en el Imperio Otomano (donde fueron llamados sefardíes, en hebreo, españoles). Paradojalmente, en aquellos años era papa Alejandro VI, un tal Rodrigo Borgia (de origen valenciano), quien recibió a muchos de estos refugiados, ante la ira de los reyes españoles.
50 años después de la muerte del papa Borgia, un sucesor suyo (Pablo IV) decidió quitarles los derechos que les había concedido el libertino de Borgia y mando a establecer un barrio donde se les congregara, en una zona entre el río Tiber y el Teatro Marcello, obligando a los judíos a portar un distintivo en la ropa. Así nace, en 1555, el ghetto de Roma . Si bien, luego las resticciones aplicadas a los judíos se fueron relajando, no fue sino hasta la invasión napoleónica en 1798 (con proclamación de la República incluida) que se les reconoció igualdad ante la Ley.
Pero como el pequeño emperador fue tan solo una tempestad de verano. Los judíos fueron nuevamente reluidos en el ghetto en 1814, luego de la restauración papal. Finalmente en 1849 (durante la efímera 2 República Romana) la segregación fue finalmente abolida, aunque tuvo que esperar algunos años antes que se hiciese efectiva. El ghetto se transformaría en un barrio más de la ciudad , y los judíos vivieron en libertad, recién en 1870 cuando el Reino de Italia, derrotó definitivamente al Estado Pontificio, conquistando la ciudad.
Pero claro, la cosa no podía ser tan simple. En 1943 la ciudad fue ocupada por los nazis (tenían que aparecer). El día sábado 16 de octubre cientos de soldados alemanes rodearon el barrio y detuvieron a poco más de mil judíos, los cuales, embarcados en la Estación Tiburtina, fueron enviados en trenes de carga rumbo a Auschwitz. De ellos solo volverían 17 con vida.